Patricia GEl sector editorial ha cambiado mucho en la última década gracias a la incursión de las nuevas tecnologías permitiendo una democratización de la cultura. Hace algunos años, el libro en papel tuvo un nuevo amigo: el formato digital. Y ¿qué ha ocurrido desde entonces? La tecnología ha avanzado y, gracias a ella, tenemos otro formato disponible: el audiolibro.
El potencial del audiolibro
Recuerdo hace muchos años, cuando era una niña, que escuchaba con mi abuela las novelas a través de la radio. ¡LA RADIO! Sí, no estoy loca. Existían las radionovelas. Una o dos personas, fingiendo ser varios personajes, narraban telenovelas o novelas famosas para entretener a las personas que estaban al otro lado. ¿Esto se ha perdido? Mi respuesta es NO. Se ha transformado.
Uno de los formatos en auge, y no puede negarse, para la literatura romántica es el audiolibro. ¿Por qué? Para poder explicar esto tenemos que analizar y comprender al público objetivo de nuestras publicaciones y el surgimiento de ofertas irresistibles e interesantes.
Hoy en día existen plataformas de streaming que permi
ten acceder a contenidos prácticamente infinitos para todos los gustos. Si hablamos de películas o series no podemos dejar de mencionar a Netflix, HBO, Amazon Prime, Disney +, entre otras. Pero, ¿qué ocurre con este novedoso formato que parece estar acaparando parte del mercado de la literatura? Por suerte, cada día son más las plataformas que ofrecen la opción, a las y los lectores compulsivos, de acceder a más y más propuestas de diversa índole y para todos los momentos y gustos. Una de las más conocidas es Nextory que ofrece un catálogo muy atractivo que crece cada día y que, a día de hoy, te permite probar la experiencia de su plataforma durante 45 días de forma gratuita.
Los audiolibros que se presentan como una alternativa conveniente para varios tipos de consumidores: los que tienen poco tiempo pero no desean escatimar en lecturas, los que desean tener a su alcance un amplio catálogo para escuchar lo que más les apetezca según el momento, para los que tienen un presupuesto limitado al cabo del mes pero no quieren renunciar a leer, los que quieren hacer varias cosas al mismo tiempo… Sea cual sea tu tipo de perfil, este tipo de plataformas te permiten satisfacer tu necesidad y curiosidad con catálogos muy interesantes y nutridos.
Personalmente, suelo caminar por la ciudad y escuchar una historia al mismo tiempo. Me gusta planchar mientras escucho podcast. Es decir, soy una persona a la que el silencio le abruma y prefiere estar entretenida. ¿Soy la única? Puedo asegurar que no.
Hoy me siento empoderado y me apetece escuchar un audiolibro de crecimiento personal, ¡lo tengo!
Hoy me siento romántica y me gustaría disfrutar de un buen romance, ¡lo tengo!
Me encantaría poder escuchar mi libro favorito de viva voz, ¡está!
Al fin y al cabo, todas estas plataformas son posibilidades de acceder a catálogos de cultura con el pago de una membresía mensual. Una alternativa muy interesante y económica para aquellas personas que sean grandes consumidoras, que deseen tener libros en cualquier momento y lugar y tengan intereses múltiples y variados. Personalmente, soy usuaria de plataformas de streaming para series y películas y para libros digitales y audiolibros. ¿Por qué? Porque por una cantidad muy pequeña al mes puedo acceder a miles de libros que, de otra forma, me costaría más dinero poder comprar. ¿Me explico?
Mi novela romántica en audiolibro
Como autoras de novela romántica tenemos que analizar el potencial creciente de este tipo de formato y considerarlo dentro de nuestras estrategias de publicación.
Patri, ¡estás loca!
¿Acaso no lo estábamos todos cuando llegó el libro en digital y consideramos que no tenía recorrido? ¿Cuál es la evidencia actual? En mi caso, el 60% de las ventas que realizo a través de la plataforma de Amazon como autora autopublicada provienen del formato digital: ya sea a través del libro digital como de Kindle Unlimited (dos temas de los que hemos hablado en el blog en otras ocasiones y que os animo a revisar para integrarlos dentro de vuestras estrategias). ¿Este formato tendrá tanta vida o utilidad como el formato digital? Nunca se sabe pero sí que es cierto que este tipo de plataformas y sus servicios están en auge gracias también, al acompañamiento del poder del podcast como nueva plataforma de comunicación.
Tenemos que pensar que, en España, las cosas tardan en llegar pero que si vemos el funcionamiento o éxito de las grandes mercados internacionales podemos valorar y anticipar su resultado. En Estados Unidos o Reino Unido el formato audiolibro es casi tan popular como el digital, por tanto, debemos prestar atención a esta tendencia porque podríamos encontrar un nuevo nicho de mercado muy interesante.
Por supuesto, también tenemos que tener en cuenta que la producción de un audiolibro es elevada. Existen plataformas que facilitan la producción de este tipo de formatos para adaptar historias pero debemos decir que, a día de hoy, son recursos bastante caros. Amazon KDP, como plataforma de autoedición, también ofrece este servicio PERO solo está reservado a aquellos que ellos invitan al programa especial, con lo cual, todavía no es accesible para otros.
Pero, me gustaría animaros a que consultéis algunas páginas web porque, dependiendo de cuáles sean vuestras ventas del formato digital y formato físico e incluso, las páginas leídas en Kindle Unlimited, podrían ofreceros la posibilidad de producir el libro en digital a cambio de un porcentaje de los beneficios generados.
Al fin y al cabo, las autoras tenemos que adaptarnos a los distintos tipos de público y ofrecer nuestras obras en los máximos formatos disponibles. ¿Por qué? En primer lugar, porque necesitamos maximizar nuestras posibilidades de beneficios, eso es obvio, pero, en segundo lugar, porque hay lectoras y lectores de todo tipo que desean disfrutar de sus historias en diversos formatos. Si las tendencias o las estadísticas nos hablan de que un importante conjunto de lectores se han sumado a la opción de los libros digitales como alternativa económica para el acceso a la cultura y nosotras no reaccionamos a tal tendencia… ¡estamos perdiendo dinero!
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