fbpx
Mentalidad para escritoras emprendedoras

Maldito síndrome del impostor

 

Es bastante frecuente, en la vida del escritor (aunque es común a otras profesiones) que en algún momento se haya escuchado la expresión “síndrome del impostor”. ¿Qué es el síndrome del impostor y por qué se genera el síndrome del impostor? En este post voy a dar mi opinión sincera y relatar mi experiencia venciendo al gran titán que existen en mi mente y al mismo tiempo, trataré de dar algunos consejos para superar el síndrome del impostor.

Cuando me planteé cambiar de género literario como escritora abandonando la fantasía para contemplar la posibilidad de dedicarme a la romántica histórica confieso que tuve que luchar con muchos enemigos que crecían día a día en mi mente. “Todo el mundo me conoce como escritora de juvenil, ¿qué credibilidad voy a tener como escritora de romántica?”, “Nunca he autopublicado, voy a fracasar”, “Ninguna editorial me querrá porque mi público va a cambiar”, “soy demasiado mayor para esto…”.

Todas estas oscuras reflexiones me contaminaron de tal forma que durante seis meses no pude escribir ni una sola palabra (también debo añadir que otro agente externo contribuyó a que no me creyera suficientemente buena como escritora pero no es un tema del que hablar ahora). Todo esto mermó mi capacidad para escribir hasta reducirla a la nada. Ni una página. Ni una idea. Nada. Todos esos enemigos me habían vencido. Fue gracias a mi familia y mis amigas, a su constante apoyo y motivación, por los que me encuentro ahora mismo recorriendo este camino. Decidí dar carpetazo con todo lo vivido. Borrón y cuenta nueva. Hasta luego, pensamientos malos. Y me prometí a mi misma que jamás nadie, incluida yo misma, iba a privarme de cumplir mi sueño: escribir.

Meses más tarde llegó Cartas a Middleton, mi primera novela de romántica histórica.   Decidí aprovechar todos mis conocimientos y experiencia para ayudar a otros.

Síndrome del impostor en escritores

La vida del artista incomprendido tiene muchas idas y venidas; titanes contra los que luchar; molinos de viento que cada día son más y más grandes; pero que más allá de lo que podamos pensar son monstruos que solo crecen en nuestra mente. El síndrome del impostor es esa sensación de inferioridad, de no ser suficiente, de no ser capaz de alcanzar nuestros objetivos, de no tener los recursos internos necesarios para dar lo mejor de nosotros mismos.

Una losa que pesa cada vez más y más que la hemos sido nosotros mismos quienes la hemos creado al vivir en una sociedad en que la regla de la comparación está a la orden del día. Contemplamos los avances y logros de otras personas y pensamos: “yo no voy a poder llegar allí”, “para qué escribir si el mercado está saturado”,”¿qué puedo aportar si hay mil ideas originales que surgen cada día”, “hay gente más joven y talentosa que yo”… y estos pensamientos podrían continuar en una retahíla infinita.

Es precisamente esa presión que nos colocamos sobre los hombros lo que nos impide avanzar, la que nos obstaculiza lograr nuestras metas, la que nos frena a seguir adelante y dar lo mejor de nosotros mismos. Pero amigos, puedo confirmar que Roma no se construyó en dos días ni el éxito llega de la noche a la mañana. Eso sí, hay personas que nacen con el destino de brillar desde su primer punto y coma, y es cierto, ocurre, pero en el 1% de los casos. El resto de los mortales tendremos que trabajar muy duro para alcanzar nuestros objetivos y debemos aprendiar a lidiar con la presión, con la frustración y con los momentos malos.

 

El camino hacia el éxito no es recto o plano. Tendremos montículos, piedras, baches y unas cuantas montañas escarpadas pero es viaje hacia el infinito, esos conocimientos, esas herramientas que adquirimos en el proceso lo que nos permitirán alcanzar nuestra meta. Quiero compartir con vosotros varios mantras que me han ayudado a lo largo de estos años a luchar con este dichoso síndrome del impostor, porque sí, yo también lo he sufrido y lo sufro. No tener una formación académica en literatura me hacía creer qe no era digna de ser leída, de ser escuchada o de tener cabida en el sector literario. Pero estaba muy equivocada.

La formación está importante, por supuesto, pero no es altamente imprescindible. Sin embargo, la experiencia, la perseverancia y la actitud son elementos que no se adquieren de la noche a la mañana. Son valores que se trabajan y se cultivan si realmente estamos confiados en que podemos lograr nuestro objetivo y deseamos perseguir nuestros sueños.

Ese pozo oscuro y profundo que se genera cuando empezamos a sentirnos “impostores” matará poco a poco nuestro autoestima hasta hacernos creer que no somos dignos del camino que hemos tomado. Y lo siento, amigas mías, ¡eso no lo vamos a permitir!

¿Que una editorial nos ha rechazado? Enviaremos a diez más nuestra propuesta. ¿Que un cliente nos dice que somos demasiado caros? Él se pierde trabajar con una gran profesional. ¿Que nuestras redes sociales no funcionan o no crecemos? Sería interesante revisar la estrategia.

 

¿Cómo luchar contra el síndrome del impostor?

Consejo 1. Deja de compararte con otros. Complicado, lo se, pero tienes que dejar de ver a tu competencia como rivales y considerarlos como herramientas de aprendizaje y mejora. Es frustrante ver que un compañero ha logrado firmar 3 contratos editoriales en un año o que tal persona ha sido invitada a dar una conferencia que te hubiera gustado dar. Por supuesto que sí. Pero en lugar de sentir envidia, alégrate por ellos y lucha por estar en su lugar un día más. No todos crecemos o avanzamos al mismo ritmo. Todos tenemos nuestro camino. Toma el tuyo, trabaja por alcanzar metas y ten paciencia.

Consejo 2. Felicítate por tus logros. Muchas veces valoramos la meta más que el proceso, los resultados más que el aprendizaje que alcanzamos para lograrlos y es, bajo mi punto de vista, un error. Cada paso en nuestro camino debe ser analizado, valorado y agradecido. Tomate un momento para reconocer los logros llegan.

Consejo 3. Paciencia y perserverancia. No tires la toalla. Siempre se ha dicho que la recompensa no se alcanza sin paciencia y perseverancia. Trabaja, trabaja y trabaja. He conocido a personas a lo largo de mis diez años de andadura por el mundo literario con proyectos muy interesantes que se han quedado por el camino porque no han tenido constancia. Si de verdad te apasiona lo que haces tendrás que hacer sacrificios. No podéis imaginar la de horas que dejé de salir con mis amigos o dejé de ver una película en familia por leer un libro o editar un vídeo para el canal de youtube.

Consejo 4. Márcate objetivos realistas. No podemos tener el mundo, eso es evidente, así que lo idóneo, para evitar que colapsemos, es que nos marquemos objetivos realistas, medibles y alcanzables. Hoy tengo diez, mañana trabajaré para once y así sucesivamente. Si quieres dedicarte a la escritura o en realidad, a cualquier tipo de profesión, trata de crear una hoja de ruta con tus objetivos ideales y desglósalos en acciones que permitan ejecutarlos.

Consejo 5. Cree en ti. Todos tenemos un “algo” especial dentro de nosotros que brilla con demasiada intensidad y que está deseando salir a la superficie. Ese es tu talento, tu valor innato, tu rasgo diferenciador: “aquello que te hace único”. Deja de pensar en los demás y céntrate en tí mismo y tu felicidad. Cree en tus capacidades, en las herramientas que has adquirido, en tus valores personajes y en las metas que quieres alcanzar.

 

Espero que este post pueda ayudar a todas aquellas personas que, como yo, luchan día a día para lograr vencer este sentimiento sentimiento negativo creado en nuestra mente que nos hace sentirnos débiles y que nos limita. Podemos alcanzar todo aquello que nos propongamos.

 

¿Tienes una novela escrita y te gustaría validarla? ¿Quieres saber cómo mejorar tu historia para que pueda disfrutarla tu lector ideal? Ponte en contacto conmigo y te ayudaré creando una hoja de ruta para mejorar tu proyecto.

 

 

 

Deja una respuesta

Artículos recomendados

0
    Tu carrito
    Tu carrito está vacíoRegresa a la tienda
    Esta web utiliza cookies. Puedes ver aquí la Política de Cookies. Si continúas navegando estás aceptándola.   
    Privacidad