Cada uno tenemos gustos y necesidades diferentes y por eso, cada vez que leemos una novela esperamos encontrar cosas distintas en ella y deseamos que cubra unas necesidades específicas. En mi caso: quiero viajar, sentir, amar, llorar y experimentar. La novela romántica histórica cubre todas y cada uno de mis requisitos para proclamarse como la reina de mis lecturas.
Eliminando de la ecuación todas las emociones que me permite experimentar, hay un elemento por el cual sigo disfrutando tanto de su lectura y que considero de vital importancia para mantener el interés de los lectores de principio: crear un romance a fuego lento. ¿Cuántas novelas hemos leído con un instant love que termina siendo aburrido por la falta de emoción? Seamos sinceras, en la novela romántica no suele haber muchas sorpresas sobre el destino de los protagonistas puesto que la premisa del género siempre es el felices para siempre y por eso, siempre sabemos que por mucho que discutan habrá una reconciliación en sus últimas páginas que nos hará recuperar la fe en el amor. Pero vivir un romance en el que en treinta páginas se han besado, enamorado, casado y con dos niños y una casa es aburrido. Lo siento, pero es así.
El lector o lectora de una novela de romántica no quiere tenerlo todo de forma instantánea: es masoquista por naturaleza. Necesita ganárselo de una forma natural y a largo plazo. Quiere saborear los rincones de la amistad, darse la mano a escondidas, ese primer beso bajo presión, la tensión que desborda las emociones de todos y por último, esa escena deseada. Si todo es rápido, fugaz y sencillo, la emoción se pierde. No tiene sentido alguno. Por eso, primero como lectora del género y luego como escritora del mismo deseo y valoro por encima de todas las cosas un amor a fuego lento. No quiero decir con esto que necesitemos tres libros de ochocientas páginas para ver a sus protagonistas darse un beso, no. Pero necesitamos algo más puesto que lo importante de estas historias no es ese beso (que por cierto, hace temblar todos nuestros registros) si no el camino que nos ha llevado hasta él.
Vivo enamorada del amor, así de simple. Y eso es lo que nos pasa a la mayoría de las lectoras del género. Porque una novela se basa en generar emociones, en empatizar con el lector o lectora, en que sienta que forma parte de esas páginas y del romance que se fragua entre ellas y eso lo logramos creando una historia realista y humana. Se puede contar con los dedos de la mano las historias que en la vida real cumplirían ese pretexto propio de una relación pasajera o fugaz. Las cosas escritas con buena letra y despacio son duraderas y eternas.
Cómo escribir una novela romántica histórica
Supone crear un arco de desarrollo no solo de los personajes, sino de la trama principal, subtrama y por supuesto, de su romance. Todos los elementos tienen que encajar para que caminen al mismo paso y hacia el mismo fin. El amor tiene que crecer y transformarse al mismo ritmo que lo hacen los personajes porque nadie es igual que era hace diez días, ¿verdad? En el amor ocurre lo mismo. El cariño, la bondad, las caricias y los besos transforman.
Con esta disertación no estoy desmereciendo los libros que se basan en romances intensos y breves porque como he comentado al principio cada una buscamos cosas distintas en las lecturas. Pero personalmente, creo que el enamoramiento es un proceso que se disfruta junto a los personajes si las lectoras son capaces de sentir que ese beso a escondidas también les pertenece. ¿Cuántas de nosotras vivimos enamoradas del Sr. Darcy? ¡No escondas la mano que te he visto! La respuesta es: TODAS. No porque se besaran en la página dos, ni porque tuvieran una noche apasionada bajo las sábanas en el capítulo quince sino porque Darcy trabajó muy duro y con esfuerzo renunciando a su orgullo por hacer que ella viera las cosas hermosas que ocultaba su corazón. Y ella, Lizzy dejó de lado sus prejuicios. ¿Resultado? Una historia de amor épica. ¿Acaso no queremos todas eso?
¿Qué opináis de todo eso? ¿Os gustaría que hablara más en detalle de cómo crear un romance a fuego lento realista?
PD: Si os gusta un buen romance a fuego lento os recomiendo “La rosa de Middleton“, mi segunda novela de romántica histórica que cimienta un romance paso a paso.
¿Estás escribiendo una novela de romántica pero no logras que tus personajes den rienda suelta a su pasión? Crear un romance perfecto es un reto para todas las escritoras del género pero tener una hoja de ruta y los pasos a dar, tu labor se simplifica. Si te interesa, tienes un curso 100% online en la Academia que te ayudará a mejorar.