Patricia GEscribir una novela puede ser un viaje emocionante y presentarnos muchos retos. Sin embargo, a lo largo de mis años como escritora he podido detectar dos elementos que juegan muchas veces en nuestra contra: el tiempo y la motivación. Mantener nuestra atención y concentración en nuestro proyecto puede resultar complejo si no visualizamos un punto y final temporal para ella. Os estaréis preguntando, ¿qué es una deadline? Es bastante sencillo de comprender si traducimos del inglés: fecha límite. Es decir, marcarse un momento en el tiempo en que todo nuestro proyecto o las distintas fases del mismo tienen que estar completas. En este post, quiero hablar de la importancia de marcarse deadline para proyectos literarios y los beneficios que, sin duda, puede reportar para los escritores. Analizaremos varios elementos que considero críticos.
Estoy segura que alguna vez habéis escuchado a vuestras escritoras preferidas decir que tienen que entregar el borrador de su manuscrito antes de una fecha límite a su editora. O incluso, que tienen un compromiso con el correcto asignado y deben terminar el proyecto antes de una fecha. ¿Os suena? Me gustaría analizar los beneficios que considero que aporta tener una planificación de nuestro proceso creativo pero, por supuesto, no todo el mundo quiere ni desea trabajar con fechas límites. Conozco personas que escriben por hobby, sin presión ni agobios, sin fechas límites porque no pueden tenerlas. Sin embargo, si queremos desarrollar una carrera dentro del sector y publicar varias historias al año o una historia al año es importante marcarse estos límites. ¿Por qué? hablemos de marcar deadline para proyectos literarios.
¿Por qué marcar deadline para proyectos literarios?
ESTRATEGIA
Me gustaría eliminar el mito de que publicar un libro es solo escribir. No, no. Una de las complejidades de ser autora autopublicada es que se requiere de planificación estratégica de contenidos. Nuestro libro terminado supone, en primer lugar, determinar su fecha de publicación. Por ejemplo, 20 de juniode 2023. Y desde allí, lo que hacemos es echar hojas atrás en el calendario y empezar a poner marcas. Fase de documentación, fichas de personajes, ambientación, proceso creativo, correcciones internas, lectores cero, informe de lectura profesional, correcciones internas eternas, corrector profesional, correcciones nuevamente, portadista, maquetador, marketing y lanzamiento… ¿Habéis visto cuántos hitos tienen que marcarse?
Si determinamos una fecha límite para cada una de ellas sabremos cuándo tienen que intervenir los distintos agentes que participan en la elaboración de nuestra novela y trabajaremos más o menos dependiendo de lo cerca o lejos que esté nuestra meta en el calendario. Puede que un día puedas escribir más que otro porque tengas un contratiempo (para eso existen los márgenes de error) pero lo importante es marcanos esa fecha límite para que todo vaya rodado y el engranaje funcione.
MEJORA PRODUCTIVIDAD
Siempre he hablado del valor de la productividad. No quiero retratar a una persona totalmente hiperactiva que está obsesionada con su agenda y sus múltiples tareas. No. La productividad, para mi, supone la redacción eficiente de objetivos, el planteamiento inteligente de tareas y el establecimiento de un ritmo de trabajo. Un día tu agenda puede tener 2 tareas y otros seis porque el nivel de dedicación puede ser variable para cada una de ellas o tener distintos espacios de tiempo para poder trabajar.
Lo importante es marcarse esa rutina con tareas para evitar que nuestra mente divague o entre en redes sociales llegando a arruinar nuestra sesión de escritura.
ESTABLECER RITMO DE TRABAJO PERSONAL Y EXTERNO
Por supuesto, tenemos que ser conscientes de nuestras posibilidades, del tiempo del que disponemos y del tiempo que le puede requerir a otra persona trabajar con nuestro protecto. Con el tiempo y dejando atrás varios proyectos somos perfectamente capaces de saber cuántas jornadas de trabajo o cuántas semanas puede llevarnos escribir el borrador de nuestra historia, cuánto tiempo requerimos para preparar el marketing, corregir el libro… Pero, ¿qué ocurre cuando dejamos nuestra obra en manos de profesionales?
Hemos hablado en varias ocasiones de la importancia de contar con profesionales externos para que trabajen con nosotros en nuestra obra. Desde lectores profesionales a través de un informe editorial (te dejo información en el enlace por si deseas más información de este servicio), correctores, maquetadores, portadistas, editores, publicistas… Cada uno de estos profesionales requerirá de su tiempo para realizar su labor y también tienes que acoplarlos a tus programaciones. Un encaje de bolillos que enriquecerá tu producto final.
CONSTANCIA Y DISCIPLINA
Sin duda, tener la rutina de trabajar todos los días o casi todos los días en tu proyecto mejora tu compromiso, elevando tu constancia y con ello, desarr
ollando un hábito maravilloso que te llevará a producir más. Mucha gente cree que la escritura depende de los musos y musas pero los que nos dedicamos profesionalmente a la escritura sabemos que esto no es cierto. No podemos dejar todo en manos de esas entidades que a veces se van de vacaciones durante meses y nos dejan atrás. No. Nosotros generamos nuestra propia creatividad con disciplina y constancia. Si entrenamos a nuestro cerebro, este responderá con creatividad.
Además, adquieres responsabilidades al cumplir fechas marcadas. Te ayudará a eliminar elementos externos que te distraen y te retieren para avanzar.
SATISFACCIÓN Y LOGRO
Imagino que en algún momento todas habéis utilizado una agenda como método para anotar tareas pendientes. Estoy segura que habéis sentido una satisfacción grande cuando, después de vuestro día de trabajo sois capaces de tachar el 100% de los apuntes o casi su totalidad. ¿Verdad? Eso mismo ocurre con esto.
Personalmente, considero fundamental marcar hitos a corto, medio y largo plazo para nuestro proceso de publicación porque nos ayuda a retroalimentar la motivación.
Muchas estaréis preguntando, ¿y no puede causarse el efecto contrario si no se puede cumplir las metas alcanzadas? Por supuesto, y el síndrome del impostor y nuestros editores internos también entrarán en juego pero, tenemos que ser realistas con el tiempo del que disponemos para escribir, nuestro nivel de concentración, los recursos que tenemos a nuestro alcance, el número de publicaciones que deseamos tener al año y por supuesto, si dependemos de otros profesionales para terminar nuestra obra.
Teniendo todos estos datos sobre la mesa tenemos que ser realistas a la hora de marcar objetivos para nuestro desarrollo. De igual forma, la experiencia se adquiere con el tiempo y por tanto, puede que este primer proyecto en el que intentes marcarte deadlines te des cuenta que te ha faltado tiempo en cada fase. Lo más posible es que en el siguiente atribuyas más tiempo y alargues la fecha de publicación o bien, encuentres otras variables a modificar.
Pero, ante todo, disfrutar es primordial. Si tras marcarnos estas fechas límites vemos que no llegamos aunque reprogramemos, que nos asfixiamos, que la frustración y el desánimo llega, lo mejor es dejarlo. Lo importante de escribir es disfrutar y si no podemos seguir ese ritmo que nos hemos marcado, no pasa nada. ¡NO es una competición! Es una aventura maravillosa que debe saborearse. Encontrarás tu forma.
Deadline para proyectos literarios: Conclusión final
En definitiva, considero que tener una planificación estratégica de nuestros proyectos nos ayuda a enfocarnos, mantener la motivación, mejorar nuestra productividad y procesos de trabajo y, por supuesto, generar más inspiración.Así que, la próxima vez que te embarques en la escritura de una novela, no olvides establecer deadline para proyectos literarios con plazos realistas y verás cómo tu proceso de escritura se transforma en una experiencia más gratificante y exitosa. ¡Adelante, escribe hacia tus deadlines y alcanza tus objetivos literarios!
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