Una de las mayores preocupaciones para cualquier escritor/a de novela romántica cuando escriben su novela se basa en responder a una simple pregunta: ¿cómo mantener a los lectores enganchados? es decir, cómo, después de tres o cuatro meses de trabajo, duro esfuerzo, noches sin dormir, crear personajes únicos, una trama y subtramas muy interesantes, ¿cómo logro que lleguen hasta la última página?
Por supuesto, no podemos obviar el hecho de que el éxito de una obra puede determinarse, en la mayoría de los casos, por sus cincuenta primeras páginas. Esto lo hablamos en otro post del blog pero, si una historia no logra presentar la trama argumental, a los personajes y el conflicto en esas páginas y, además, generar una atracción que cautive… la novela es posible que no tenga salvación y el lector termine por abandonarla. Por tanto, asumiendo que hemos logrado que pasen de la página 50 y están casi llegando en el desenlace… ¿cómo mantener a los lectores enganchados?
El conflicto: cómo mantener a los lectores enganchados
Es maravilloso que un romance llene nuestras páginas y nos permita sentir cosas inimaginables. Pero, siento decir una cosa: una historia de amor sin conflicto puede resultar aburrida y predecible. El conflicto lo que impulsa la tensión y el drama en una historia romántica, manteniendo a los lectores enganchados y porque su único deseo será conocer cómo se resolverá esa tensión creada. Os recuerdo que, si deseais información sobre cómo crear un romance intenso que atraviese de forma creíble y natural todas las fases del enamoramiento tenéis disponible un curso en la Academia.
Definiendo el conflicto en las historias de amor
Una de las cosas que tendremos que hacer las escritoras de romántica es planificar no solo la trama principal de la obra sino las subtramas que acompañan a esta. Dejamos claro que tener una única trama centrada en el romance puede ser aburrido así que necesitamos acompañar ese romance con otras tramas secundarias que potencien la principal y la retroalimenten. Y por tanto, tenemos que planificar nuestro romance. Sí, sí. El amor puede surgir pero también se tienen que planificar. Le quitamos el romanticismo a la vida pero generamos comprensión y coherencia en la trama.
Por tanto, el conflicto en una historia de amor peude provenir de: las diferencias de personalidad, los obstáculos externos, las expectativas sociales o los secretos ocultos. Es esencial que el conflicto sea creíble y relevante para los personajes y la trama de la historia. Un conflicto bien desarrollado proporciona una base sólida para el desarrollo de la trama y las relaciones entre los personajes.
Creando tensión y deseo
El conflicto en una historia de amor genera tensión y deseo en los lectores. Tenemos que pensar en nuestra historia de amor como una olla. Al principio introducimos nuestros ingredientes y ponemos el agua a hervir. Ese agua tomará poco a poco fuerza conforme nuestros personajes exploren sus personalidades y la posibilidad de un futuro juntos, desarrollen emociones y comiencen a brotar los sentimientos. Pero, llegado el momento, allí habrá tanta tensión acumulada que la olla comenzará a hacer ruido. Y ese es el momento que deseamos. Cuando las cosas sean insostenibles. Porque si lo hemos hecho de forma correcta y manteniendo las fases naturales de una pareja, llegará con la tensión y el deseo necesario para que los lectores quieran saber por qué les estamos haciendo eso a los personajes, por qué su amor se ha truncado o por qué él o ella ha engañado al otro. El conflicto alimenta el deseo de una resolución satisfactoria, manteniendo a los lectores enganchados hasta el final.
Desarrollando personajes complejos
Tema importante: creación y desarrollo de personajes. Personajes con pocas aristas, poco definidos, sin personalidad o con pocos valores o conceptos de referencia no generan una identidad propia que pueda motivar a los lectores. Por tanto, si no nos identificamos, no seguimos la historia. Cuanto más complejos sean nuestros personajes mayor credibilidad podremos aportar a la historia.
No podemos olvidarnos que nuestros personajes tienen que tener una transformación de principio a fin de la obra. El amor, los sentimientos y las vivencias compartidas tienen que transformarles. Arco de transformación emocional, donde los personajes evolucionan y crecen a medida que enfrentan y superan el conflicto en su camino hacia el amor.
Generando emoción y empatía
Siempre hemos dicho que la clave secreta para que una novela triunfe es generar emoción y empatía. El hecho de que una lectora se sienta identificada con nuestra protagonista garantiza que llegue hasta el final de la obra. Se desvivirá por ella, sentirás sus emociones, llorará con ella e incluso, se enfurecerá cuando su romance se vaya a pique.
Las emociones son poderosas herramientas a nuestro favor. La frustración, la esperanza, la tristeza y la alegría son solo algunas de las emociones que pueden surgir a medida que los personajes luchan por superar los obstáculos en su relación.
Superando el conflicto: la resolución satisfactoria
Por supuesto, de nada sirve tener un gran denotante, unas cincuenta maravillosas páginas, un gran arco de desarrollo de personajes, haber creado la tensión necesaria para la ruptura si luego no sabemos cómo arreglar ese desastre generado. Tan importante es la ruptura como la reconciliación. De hecho, siempre digo que son dos fuerzas en equilibrio. Una resolución satisfactoria no necesariamente significa un final feliz, pero sí implica una conclusión que se siente auténtica y coherente con la narrativa. La forma en que el conflicto se resuelve tiene un impacto duradero en la experiencia de lectura y puede dejar una impresión duradera en los lectores.
En conclusión, mantener la atención del lector hasta el final es cuestión de planificación y habilidad. De saber cuáles son las bases de una buena relación, cómo saber conducir a los personajes por su arco de desarrollo, cómo jugar con las emociones y por supuesto, cómo darles ese final digno que todos esperan. Enamorar no es sencillo.
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