Hola a todos.
Como muchos ya sabéis, este blog tiene más de tres años de vida y durante ese tiempo me habéis hecho incontables preguntas acerca de mis intereses o de mis proyectos de futuro. La escritura ha sido uno de los temas más recurrentes y quería realizar este post más honesto y directo para comentar este tema.
¡ Mamá, quiero escribir !
Esta fue la frase que es probable que le dijera a mi madre cuando apenas tenía quince años. Por supuesto que a los diez años era capaz de escribir, pero a lo que me refería era que quería escribir una historia. En aquella época estaba muy sumergida en la poesía y sentía que era una línea directa y sentimental de poder expresar todos los cambios por los que estaba pasando en la adolescencia. Tengo varios cuadernos archivados en casa con cientos de poemas, más cortos o más largos, acerca de metáforas de la vida e historias mitológicas.
Pero a pesar de que el verso siempre llenó mi corazón, mi alma pertenecía a la narrativa. Como gran lectora, sentía la necesidad de estar detrás de una de esas historias que llegaban a mi mano. Quería tener la pluma y el papel (o más bien, el ordenador y el teclado) delante y poder empezar a escupir ideas e historias que bailaban constantemente en mi mente. Porque siempre es algo que he pensado, para poder escribir tienes que haber sido un gran lector. Tienes que haberte empapado de todo aquello que pudieras conseguir y haber vivido miles de vidas. Y eso es lo que yo había hecho.
En bachillerato, era la chica que en su cuaderno de Economía escribía a escondidas a doble columna y en letras de pulga al mismo tiempo que intentaba prestar atención a una profesora que no se daba cuenta de que por mi mente estaban pasando personajes y tramas llenas de aventuras y magia. ¿Por qué hacía esto? Por una parte, porque me aburría un poco en esa asignatura y segundo, porque no podía destinar otro periodo del día a poder escribir. Sentía que si no lo plasmaba en ese momento, no iba a poder hacerlo nunca.
Varias historias inacabadas después, surgió “Little Red Reading Hood”, una plataforma que me permitía escribir reseñas y mis opiniones sobre aquello que más me gustaba, los libros. Pero aun así, no era suficiente. Tenía que seguir creando historias. Experimenté géneros diferentes hasta tener más de diez historias comenzadas y desarrolladas pero a las que les falta ese empujón final. ¿Por qué no están terminadas? Una buena pregunta es esa, sin duda. La respuesta, siempre encuentro una trama que me gusta más que la que estoy escribiendo o que me llama más la atención y abandono la anterior.
Ahora. Ahora, estoy intentando ser fiel a lo que tengo en mi cabeza y a aunque tengo más ideas al mismo tiempo que podrían dar pie a dejar mi documento y empezar uno nuevo, estoy resistiendo. Cojo mi cuaderno de notas, escribo esa linea de pensamiento, y continuo con lo mío.
Quiero ser escritora. No por el hecho de publicar, sino por el hecho de sentirme realizada. Por decir, POR FIN he terminado una historia. POR FIN, esas horas de no prestar atención en Economía tienen su resultado. POR FIN, esos cientos de libros que he leído han contribuido a mejorar mi estilo. POR FIN, todas esas personas que he conocido en la vida me han ayudado a dar matices diferentes a mis personajes. POR FIN, voy a poder vivir en el mundo que siempre he soñado.
MAMÁ, QUIERO SER ESCRITORA.
Y vosotros, ¿queréis ser escritores?